El Nombre de Alfaro

Aún se sigue utilizando el nombre de “Eloy Alfaro” políticamente, resulta que todos tienes los ideales del “viejo luchador”, ya sean de izquierda, de derecha, del centro y toda esa vaina. Todo político o con intensiones proselitista viene a Manabí y se declara “Montonero o Alfarista” y habla “maravillas” del mejor hombre de la historia del Ecuador.

Resulta que cada vez que escuchamos hablar de Alfaro, quien lo nombra,  ama a Manabí porque es descendiente de él, pero ni sus apellidos concuerdan, pero nos narran una historia de los abuelos y tatarabuelos…. como si los manabitas fuéramos tontos.

No sé si es posible que sólo se nombre al General Alfaro en actos sociales, educativos y culturales, debidamente organizados y justificados; es decir, que se prohíba a los políticos nombrarlo a cada rato para caer simpático o para hacer creer a los ciudadanos que es liberal o que sigue los ideales de Alfaro. También que se prohíba utilizar su imagen en propagadas políticas.

Quizás el Presidente de la República, Econ. Rafael Correa Delgado, quien también señala ser descendiente de Alfaro, mediante un Decreto Presidencial prohíba que se siga utilizando mal el nombre del “Viejo Luchador” y su imagen. Es que no se puede permitir que cualquier  sinvergüenza ensucie el nombre del hombre que transformó el país.

Que se nombre al “General de Mil Batallas” en actos solemnes, por personas que realmente conozcan su historia permitirá que las nuevas generaciones conozcan realmente, en forma clara y precisa, la verdadera historia alfarista.

El General “Eloy Alfaro” es un símbolo de nuestra nación, reconocido internacionalmente, por lo tanto, es deber de todo ecuatoriano honrar su nombre, conocer su historia y que su legado se mantenga intacto.

Ojala que el próximo año, cuando celebremos un año más de la Revolución Liberal, no sólo sirva para la foto con pañuelos rojos, sino para resaltar la verdadera historia de “Alfaro”, quien supo poner en alto nuestro país, por sus grandes logros y obras y no por discursos baratos.

Los hombres libres y de buenas costumbres deben defender esta tesis, y  ojala que el Gran Arquitecto del Universo ilumine al Primer Mandatario y norme esta situación, o también algún asambleísta y si es manabita mejor.