viernes, 1 de abril de 2011

El Poder y el Periodismo


Existe una palabra que se puso en la Constitución de Montecristi,  “verificada”, y precisamente es la que todo periodista debe tener en cuenta. El hablar, el escribir u opinar debe estar sostenida en la verdad, pero eso no basta, sino también con pruebas, con documentación.
Toda noticia debe ser comprobada y tener la versión de ambas partes, eso nos enseñan hasta la saciedad en las facultades de comunicación, sí eso se cumple, no debe haber problemas; pero, en muchas ocasiones nos olvídanos de estos principios básicos y sólo nos inclinamos a una sola opinión e incluso nos inclinamos a nuestra tendencia política.
El Art. 18.- señala: “Todas las personas, en forma individual o colectiva, tienen derecho a:
1.- Buscar, recibir, intercambiar, producir y difundir información veraz, verificada, oportuna, contextualizada, plural, sin censura previa acerca de los hechos, acontecimientos y procesos de interés general, y con responsabilidad ulterior”.

Si como periodista de opinión, de investigación o reportero denunciamos algo, lógicamente tenemos que respaldar lo que decimos, ya que es nuestra responsabilidad. Si lo hacemos profesionalmente no debemos temer a nada, o hacer enjuiciado, porque tendremos como comprobar lo que hemos escrito o señalado.

El Presidente de la República, Econ. Rafael Correa Delgado, tiene como Mandatario y ciudadano el derecho de demandar, denunciar y enjuiciar a cuantos periodistas él quiera. Pero, es deber del comunicador social, sin temor alguno, defenderse, ratificar su denuncia, pero como hemos dicho, con la prueba que tiene en su poder. Claro, la justicia es la que debe garantizar el debido proceso y el derecho a la defensa.

Comparto plenamente con Freddy Solórzano, editor del diario La Marea, en su declaración publicada en el diario “El Mercurio” el viernes 1 de abril de 2011, cuando señala: “El periodismo cumple su función de contrapoder, de guardián de los intereses de la sociedad. Y por ese rol tiene una relación tensa con el poder”.

Sin embargo, es fundamental que los comunicadores sociales y futuros periodistas se adapten a esta nueva realidad que vive el país, para eso debemos prepararnos más, tarea que involucra también a las facultades de comunicación social.  Con una suficiente preparación no tenemos porque autocensurarnos, porque los ataques a la prensa siempre existirán, pero la verdad siempre saldrá a la luz del día.

Cuando este Gobierno termine su período se irá a su casa, pero lo periodistas seguiremos aquí, trabajando, informando la verdad de los hechos y como dice Freddy, siendo el contrapoder. Pero un contrapoder inteligente y capacitado y no creyéndonos un poder más.

1 comentario:

SANCHEZ RAMOS Joselias dijo...

Comparto plenamente su criterio; me parece un egresado de la FACCO/ULEAM. La libertad de expresión no es patente de corso, es un atributo humano, un derecho de las personas "responsables" de lo que expresan; previo a expresar está el derecho de pensamiento, esto quiere decir que he pensado previa y plenamento lo que voy a expresar libremente; ello me implica una "responsabilidad ulterior" que como periodista debo asumir, es mi trabajo y me atengo a las consecuencias.
La libertad de expresión no es oportunidad para insultar o tratar mal a las personas. El Presidente de la Republica debe ser tratado como lo que es, como Presidente de la Republica, tengo o no apellido de pueblo.
El que se personaje público no significa que ha perdido el derecho a su intimidad y a su dignidad.
Cualquier ciudadano incluso el Presidente, si le asiste la razón, puede demandar o enjuiciar. Al demandado, al enjuiciado le corresponde el derecho de demostrar lo contrario. Demostrado aquello puede demandar a quin lo demandó sin razón alguna.
En Ecuador, a pesar de la prepotencia presidencial, aún hay libertad de expresión, sólo que, el temor está llevando a algunos a la "autocensura" y, entonces, concluyen, que no hay libertad de expresión.
Así, considero yo, profesor de Derecho Constitucional, estamos dirigiendo el aprendizaje de los futuros periodistas manabitas.