Cada vez que ocurre un
accidente de tránsito, con terribles pérdidas humanas surgen las mismas
justificaciones de siempre: falla mecánica, falta de control Estatal, exceso de
hora en el volante, irrespeto a las
señales de tránsito, alta velocidad, irrespeto a las leyes de tránsito, falta
de profesionalización en las escuelas de conducción, la fatiga, rebasar en
curva, manejar en estado etílico, etc.
La conducción es una
actividad humana, donde el conductor asume una enorme responsabilidad, donde un
minino error puede ser fatal. Bajo este concepto, quien asume esta compromiso es
quien debe conocer sus propios límites; la maquina no domina al hombre, es lo
contrario el hombre preparado y capacitado es quien controla el vehículo.
Se puede buscar miles de
razones o justificativos para argumentar un accidente de tránsito, pero me
quedo sólo con una reflexión: Sólo cuando el conductor hagan una profunda
concienciación de que la vida es más importante que todas las razones del
mundo, respetará todas las normas de conducción.
El mismo concepto lo
deben asumir las operadoras.
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