No hay que dudar que durante estos cinco años de gobierno, del Presidente Rafael Correa, el país ha vivo una estabilidad política que ha permitido también tener estabilidad económica y social. Excepto el fatídico 30 de septiembre, donde un pequeño grupo de policías engañados por la clase política perdedora quisieron desestabilizar al régimen, pero gracia a la acción democrática del pueblo ecuatoriano seguimos gobernados por un gobierno legítimo.
La popularidad del Presidente Correa sigue siendo alta y si las elecciones fueran hoy, sería reelegido, y no es para menos, porque los ecuatorianos, especialmente los más humildes, sienten el beneficio social en forma directa.
Manabí no se puede quejar, hoy esta provincia que fue relegada por años, se siente atendida y para muestra un botón, las buenas carreteras están a la vista de todos, junto con obras extraordinarias como el puente de Bahía y San Vicente.
La administración municipal de Manta cuenta con el respaldo de este Gobierno, que tiene la intensión de convertir a este puerto, en un nuevo polo de desarrollo de Ecuador.
En todo caso para la provincia de Manabí el balance de estos últimos cinco años es más que positivo, por lo tanto, sólo nos queda la gratitud, a este Gobierno descentralizador y especialmente al Presidente Rafael Correa Delgado.
Sólo en la época del General Eloy Alfaro, Manabí fue atendida como hoy es atendida, por lo tanto, es lógico suponer que la mayoría de los manabitas no durarían en votar nuevamente por Correa.
Ahora, con la decisión del Sr. Vicepresidente, Lenin Moreno, de no continuar en este cargo; sería, la oportunidad para que Manabí tenga un candidato vicepresidencial, y también sería la oportunidad para que el Presidente Correa le permita a esta provincia tener por fin peso político, y romper el bicentralismo de Quito y Guayaquil.
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