miércoles, 13 de julio de 2011

Súbete a mi moto…….


Una modalidad delictiva muy común en las grandes ciudades es la caracterizada por el uso de motocicletas (motos)  para escapar luego de cometido algún delito. Para muchos ladrones, el robo o el arranche es más fácil cuando se tiene una forma rápida de huir, resulta una metodología práctica en los centros urbanos pues en moto la circulación es mucho más veloz.  Y además no hay controles de tránsito regulares que amedrenten a quienes optan por delinquir en moto.
El Consejo Municipal ha aprobado una Ordenanza para combatir a la delincuencia, prohibiendo que dos personas anden en una motocicleta, medida que es rechazada por los propietarios de motos, quienes en su mayoría no están involucrados en delitos.

El Municipio puede aportar con este tipo de ideas, pero, si no hay ningún tipo de control sobre las normas vigentes como ocurre hoy, las nuevas resoluciones no servirán de nada. Hay que utilizar todo el poder que tienen hoy la Policía y los agentes de Tránsito para verificar la documentación de las motos y sus conductores, aumentando los controles para impedir la circulación de aquellas que estén en infracción. De esta forma ya podríamos prevenir  futuros delitos.
También es importante utilizar los medios masivos y todos los canales de comunicación con los que cuenta la ciudad para alertar a los ciudadanos y sugerir conductas de prevención. Tenemos que poner todo nuestro esfuerzo para combatir esta y otras modalidades delictivas para lograr que nuestra ciudad vuelva a tener los índices de seguridad que tenía hace unos años.

Entonces es lógico suponer que el problema no radica en la cantidad de personas que anden en una moto, sino en la falta de controles policiales y el cumplimiento de las normas ya vigentes.
Pero  se puede implementar que todo conductor de moto antes de sacar su licencia realice un curso mínimo de tres meses, para que aprenda las norma de conducción.
Que la Municipalidad o la jefatura de tránsito, otorgue un permiso especial a los motociclistas que usan este vehículo para transportar su familia, previo a la verificación de sus antecedentes y todas las garantías del caso. O que sólo se permita que en una motocicleta viajen hombre y mujer. 

Otra prohibición sería que las motocicletas no rebasen a los automóviles en la zona céntricas, para que así también hagan cola en las calles, y puedan ser sometidas a los controles, o que se límite la velocidad de estos vehículos en las zonas céntricas y pobladas.

Que los ocupantes de una moto anden plenamente identificados, para facilitar el control ciudadano, y la medida, incluso, puede incluir que las estaciones de combustible no les expendan combustible a motociclistas que no cumplan con este requisito, al igual que el casco y otros accesorios obligatorios. 

En todo caso, la intención es una buena, nadie lo puede discutir,  pero tiene un precio político alto, y se va en contra de las mayorías; es decir, aquí en Manta más son los buenos que los malos. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Editorial Diario El Mercurio / 2011-07-14
Justos por pecadores
Gobernar no es nada fácil. En su afán de salvaguardar la seguridad ciudadana, el Municipio expide Ordenanza disponiendo la prohibición de que una motocicleta sea ocupada por dos personas.
Buena intención, malos resultados. La medida perjudica a los ciudadanos comunes. Los delincuentes no sienten la prohibición; ellos viven al margen de la ley. Por tanto, la calentura no está en las sábanas.
El Municipio debe reconocer que hubo buena intención pero que, observada la realidad se concluye que la medida perjudica a los ciudadanos más vulnerables y debe desestimarse la Ordenanza. Ello generaría confianza en las normas que dicta el Municipio.
Muchos ciudadanos, frente a los buenos deseos municipales para preservar la seguridad ciudadana, sugieren que el Gobierno Autónomo Descentralizado Municipal del Cantón Manta (expresión tan larga) debe plantear a la Asamblea una reforma inmediata del Código Penal; debe exigir a la Policía que actúe contra los motociclistas que se pasean frente a ellos, sin chalecos, sin placas y los cacheen; debe exigirse una rematriculación de las motos en el plazo de cinco meses antes que concluya el año; y publicar los nombres de los delincuentes, los lugares que frecuentan, los barrios donde viven, para que la ciudadanía los conozca.
Los delincuentes violan los derechos de las víctimas. No deben tener derechos; así tendríamos jueces más honestos y menos corruptos por el temor.