Cientos de niños mueren diariamente por causa del hambre y
la guerra, quienes pasan a ser parte de las estadísticas de quienes ostentan el poder y se creen la
“divina cosa” y de quienes programan guerras para vender armas.
La imagen de un niño muerto en una playa europea, escapando
de Siria, ha encendido los faroles, y el mundo a través de las redes sociales
ha comenzado a despertar y criticar esta barbarie y comienza a exigir cambios.
Pero, ese es del dilema, ese reclamo universal de pacificar
el mundo ¡tendrá eco!, o simplemente pasará como un hecho más de la historia
negra del mundo. Muchos señalan que es época apocalíptica y que vendrán cosas
peores.
Humanos matándonos entre humanos, por poder, por religiones,
por diferencias políticas, por territorios y líderes mundiales inhumanos, que
cierran fronteras sin mirar quienes mueran. Es hora que cada ser humano, que
crea en la paz, inicie a través de todos los medios-incluido redes sociales-
una campaña para terminar con tanto odio. Es mi palabra.
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