Es lo único que le puedo decir un gran amigo -gracias- palabra sencilla, cuyo significado tiene un inmenso contenido de sentimientos y sobre todo cuando se la dice con el corazón.
Le doy las gracias, simplemente, por permitirme ser su amigo, de haberme permitido nutrirme de sus enseñanzas, su experiencia, de su gran calidad humana, de haber aprendido con él, que lo que importa es el resultado final; es decir, que las cosas salgan bien.
De haberme permitido trabajar con él y de haber aprendido que la administración moderna es delegar responsabilidades y sobre todo confiar en el equipo de trabajo.
De haber aprendido de un maestro de la comunicación social, de un periodista sencillo, humilde, caballero y sobre todo frontal y comprometido con la verdad.
Por su compromiso con la ciudad, con su sueño de ver una Manta progresista, moderna, con playas limpias, su Tarqui querido.
Por el ser el hombre de la eterna sonrisa, pero sobre todo por su eterna juventud, y precisamente por ser admirado por las nuevas generaciones.
Por ser el hombre de los pantalones "caídos", sin cinturón y las camisas juveniles, que demuestran ser un hombre de pueblo.
Por ser cholo, pata seca, digno de nuestra raza; por el amor a su familia, a su compañera de siempre Doña Cecilia y su entrega a sus hijos, profesionales que su mayor orgullo.
Por ser un amigo de verdad, simplemente gracias, y mil gracias.
Todos los homenajes que haz recibido, son el fruto de una buena cosecha.
Le doy las gracias, simplemente, por permitirme ser su amigo, de haberme permitido nutrirme de sus enseñanzas, su experiencia, de su gran calidad humana, de haber aprendido con él, que lo que importa es el resultado final; es decir, que las cosas salgan bien.
De haberme permitido trabajar con él y de haber aprendido que la administración moderna es delegar responsabilidades y sobre todo confiar en el equipo de trabajo.
De haber aprendido de un maestro de la comunicación social, de un periodista sencillo, humilde, caballero y sobre todo frontal y comprometido con la verdad.
Por su compromiso con la ciudad, con su sueño de ver una Manta progresista, moderna, con playas limpias, su Tarqui querido.
Por el ser el hombre de la eterna sonrisa, pero sobre todo por su eterna juventud, y precisamente por ser admirado por las nuevas generaciones.
Por ser el hombre de los pantalones "caídos", sin cinturón y las camisas juveniles, que demuestran ser un hombre de pueblo.
Por ser cholo, pata seca, digno de nuestra raza; por el amor a su familia, a su compañera de siempre Doña Cecilia y su entrega a sus hijos, profesionales que su mayor orgullo.
Por ser un amigo de verdad, simplemente gracias, y mil gracias.
Todos los homenajes que haz recibido, son el fruto de una buena cosecha.
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