jueves, 21 de julio de 2011

Sentencia Periodística


Quienes decidimos ser periodistas sabemos los riesgos que esta profesión tiene, el caso del Sr. Palacio y El Universo nos debe ser reflexionar y no declinar de nuestros ideales y convicciones. Pero, la libertad de expresión o de opinión no nos da el derecho de ofender a nadie, siempre nos hemos considerado un poder (el poder de la prensa) y bajo ese concepto también hemos cometidos errores, no soy quien para juzgar al Sr.  Palacio o El Universo, pero es lógico que el articulista tiene la obligación de opinar con pruebas, sino las tiene esas son las consecuencias.
Ese es el periodismo que tenemos ahora, donde se debe verificar todo. La diferencia entre el pasado y el presente es que tenemos un Presidente que no se deja y si como periodistas queremos enfrentarlos debemos tener pruebas para hacerlo, porque la verdad siempre saldrá a la luz, así se la quiera ocultar o nos metan preso.
Es lógico que como periodista profesional nos solidaricemos con el medio y el comunicador, por lo llamado “espíritu de cuerpo”, pero este caso tiene que ser analizado sin pasionismo, y con todo la objetividad del caso, por todas las facultades de comunicación social y gremios periodísticos, cuyas conclusiones sirvan para fortalecer nuestra profesional, que siempre va ser antagónica del poder.

El caso
Diario EL UNIVERSO, un matutino de la costera ciudad de Guayaquil, Ecuador, fue sentenciado a pagar 10 millones de dólares, a cumplir tres años de prisión, sus directivos Carlos, César y Nicolás Pérez y el exeditor de Opinión, Emilio Palacio, y el pago de $ 30 millones para los mencionados como personas naturales y solidarios.


El Juez temporal, Juan Paredes, sentenció así en la querella planteada por el Presidente de la República, Ec. Rafael Correa, por injurias, a través del Artículo "No a las mentiras" del periodista Emilio Palacios y publicada en la sección de opiniones en la edición del 6 de febrero del 2011.


El demandante, Presidente Correa, cuestionó un fragmento del referido artículo de prensa: “El dictador debería recordar, por último, y esto es muy importante, que con el indulto, en el futuro, un nuevo presidente, quizás enemigo suyo, podría llevarlo ante una corte penal por haber ordenado fuego a discreción y sin previo aviso contra un hospital lleno de civiles y gente inocente. Los crímenes de lesa humanidad, que no lo olvide, no prescriben”.

miércoles, 13 de julio de 2011

Súbete a mi moto…….


Una modalidad delictiva muy común en las grandes ciudades es la caracterizada por el uso de motocicletas (motos)  para escapar luego de cometido algún delito. Para muchos ladrones, el robo o el arranche es más fácil cuando se tiene una forma rápida de huir, resulta una metodología práctica en los centros urbanos pues en moto la circulación es mucho más veloz.  Y además no hay controles de tránsito regulares que amedrenten a quienes optan por delinquir en moto.
El Consejo Municipal ha aprobado una Ordenanza para combatir a la delincuencia, prohibiendo que dos personas anden en una motocicleta, medida que es rechazada por los propietarios de motos, quienes en su mayoría no están involucrados en delitos.

El Municipio puede aportar con este tipo de ideas, pero, si no hay ningún tipo de control sobre las normas vigentes como ocurre hoy, las nuevas resoluciones no servirán de nada. Hay que utilizar todo el poder que tienen hoy la Policía y los agentes de Tránsito para verificar la documentación de las motos y sus conductores, aumentando los controles para impedir la circulación de aquellas que estén en infracción. De esta forma ya podríamos prevenir  futuros delitos.
También es importante utilizar los medios masivos y todos los canales de comunicación con los que cuenta la ciudad para alertar a los ciudadanos y sugerir conductas de prevención. Tenemos que poner todo nuestro esfuerzo para combatir esta y otras modalidades delictivas para lograr que nuestra ciudad vuelva a tener los índices de seguridad que tenía hace unos años.

Entonces es lógico suponer que el problema no radica en la cantidad de personas que anden en una moto, sino en la falta de controles policiales y el cumplimiento de las normas ya vigentes.
Pero  se puede implementar que todo conductor de moto antes de sacar su licencia realice un curso mínimo de tres meses, para que aprenda las norma de conducción.
Que la Municipalidad o la jefatura de tránsito, otorgue un permiso especial a los motociclistas que usan este vehículo para transportar su familia, previo a la verificación de sus antecedentes y todas las garantías del caso. O que sólo se permita que en una motocicleta viajen hombre y mujer. 

Otra prohibición sería que las motocicletas no rebasen a los automóviles en la zona céntricas, para que así también hagan cola en las calles, y puedan ser sometidas a los controles, o que se límite la velocidad de estos vehículos en las zonas céntricas y pobladas.

Que los ocupantes de una moto anden plenamente identificados, para facilitar el control ciudadano, y la medida, incluso, puede incluir que las estaciones de combustible no les expendan combustible a motociclistas que no cumplan con este requisito, al igual que el casco y otros accesorios obligatorios. 

En todo caso, la intención es una buena, nadie lo puede discutir,  pero tiene un precio político alto, y se va en contra de las mayorías; es decir, aquí en Manta más son los buenos que los malos. 

miércoles, 6 de julio de 2011

CREO EN EL PERIODISTA......

Tomada de la edición impresa del Miércoles 06 de Julio del 2011
EN ESTO CREO (II)
Orlando Pérez, Subdirector
Creo en los periodistas, pero dudo de los medios. El tránsito por ellos puede “aniquilar” al reportero y al cronista por excelencia. El periodismo es un oficio insurgente e irreverente, con sus normas y paradojas.
Entre periodistas y medios hay una relación extraña y hasta promiscua: los segundos no pueden vivir sin los primeros, pero también detestan que la esencia del periodismo (la búsqueda de la verdad) no les sostenga económicamente y mucho menos les obligue a revisar sus códigos y moralidades.
Los primeros sin los medios, aparentemente, no existen. Sin los medios los periodistas estamos descobijados, pero por suerte ahora tenemos otros soportes y registros para publicar. Los medios, muchas veces, desprecian a los verdaderos periodistas.
Así como creo que la curiosidad obliga a abrir los ojos y a tener un oído potente, garantiza estar callado y aprender de todo, los periodistas sin esa condición pasamos a ser otra cosa y cada día menos periodistas. Afecta y hasta duele la vista ver el título de periodista en personas que tienen una linda cara, nunca escriben, se disfrazan de tales para hacer política y no oyen ni ven, y menos aprenden y, para vergüenza pública, hablan a nombre de la sociedad. Los periodistas verdaderos no pasan por ese estándar, al que lo someten algunos medios, porque están encantados escribiendo y observando dónde revelar lo que todo el mundo quiere leer.
Esos periodistas, casi siempre, llegan a viejos y solo en esa condición son reconocidos.
En el mundo son pocos los medios creados solo por periodistas y para hacer solo periodismo. Por eso también creo que los periodistas somos algo inútiles para independizarnos de los medios tradicionales.
A veces sentimos vergüenza de trabajar en algunos medios y seguimos ahí porque no tenemos dónde hacer periodismo. O sea: publicar, pensar, reflexionar y hasta provocar a todas las moralidades, poderes y estructuras caducas de pensamiento e interés económico. Y cuando más encantados de hacer periodismo nos hallamos no faltará quien nos censure, pero de esas tenemos que pasar muchas veces para asegurar que, más allá de lo que los medios publiquen o no, la gente se informará de todos modos.

Creo en las y los periodistas inquietos, insurrectos, traviesos, curiosos, lectores, rabiosos y también en aquellos que silenciosamente nos enseñan de mil modos a no ser mediocres y mucho menos ambiciosos. Y ante todo creo en el periodista humilde, de humildad perenne, que en esencia transporta honestidad y sabiduría.