jueves, 20 de octubre de 2016

Cuatro universidades dejan categoría D

LA DE MANTA PASARA LA PRUEBA EN NOVIEMBRE?
De 59 centros de educación superior registrados en el país, solo 4 restan por ser evaluados y ascender de categoría.
Hasta ayer, el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces) anunció que cuatro dejaron de acreditar la calificación D y pasaron a la B y C.
Estas últimas aún no alcanzan el 60% de calidad educativa, en cumplimiento de la Ley de Educación Superior.
La Universidad de Guayaquil y la Técnica de Machala pasaron de categoría D a B.
Mientras, la Universidad Estatal del Sur de Manabí y la de Otavalo ascendieron a la calificación C.
El presidente del organismo, Francisco Cadena, explicó que estas cuatro instituciones cumplieron con requisitos como la investigación, la docencia y vinculación con la colectividad.
Por ejemplo, en producción científica, la de Otavalo pasó de 0 publicaciones a 28; la de Manabí, de 3 a 60; la de Guayaquil, de 0 a 419; y la de Machala de 0 a 106.
Sobre la titularidad de profesores en cuarto nivel, la de Machala de un 44% pasó al 56%; de Manabí, del 6% a 93%; de Otavalo, del 41% al 59% y de Guayaquil, del 37% a 90%.
A propósito de este requerimiento, Cadena insistió en que en 2017 se evaluará que los profesores cumplan con el título de maestría, para luego avanzar a la evaluación del doctorado.
En tanto, desde noviembre próximo está previsto que el Ceaaces inicie la evaluación de los cuatro centros restantes: la Universidad Católica de Cuenca, la Universidad Agraria, la Universidad Técnica Luis Vargas Torres y la Laica Eloy Alfaro de Manabí. (I)
Otros indicadores
De evaluación
Participación de mujeres
Las cuatro universidades que ascendieron cumplieron también el “estándar” de tener el 30% de mujeres en la dirección.
Salarios 
Según Cadena, en Ecuador las universidades tienen los “mejores salarios que un profesor puede ganar”, luego de acreditar su formación.

miércoles, 13 de julio de 2016

Reconstrucción de las zonas afectadas por el sismo es de $ 3.344 millones.

La titular de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), Sandra Naranjo, informó que el costo de r
econstrucción de las zonas afectadas por el terremoto del pasado 16 de abril es de $ 3.344 millones.
De ese monto, un 67 % ($ 2.253 millones) será asumido por el sector público y un 33 % ($ 1.091 millones) lo hará el sector privado.
La funcionaria, además, indicó que la tragedia provocará un decrecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 0,7 % ($ 465 millones) y, hasta el momento, ha generado la pérdida de 21.823 puestos de empleos formales e informales en Manabí, la provincia más perjudicada por el terremoto tiene poco más del 90 % de los daños.

Naranjo también recalcó que las normas de construcción en Ecuador son buenas, pero el punto es cumplir esas normas. Equipos internacionales -aproximadamente 45 personas- del Banco Mundial, la ONU, la OIT, FAO, entre otros trabajan en la recolección de datos.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Y ahora todos vienen a Manabí


Hoy todos los políticos se acuerdan que Manabí existe y viene a querer conquistar nuestro voto, nuevamente caminan por nuestras calles y avenidas, abrasan, saludan, cantan y prometen, y  hasta tienen la osadía de decir que tiene sangre manaba, que sus abuelos, tatarabuelos son de aquí y hasta dicen ser descendientes de Alfaro, de quien sólo se acuerdan en épocas de campaña.
Y esto recién comienza, ya lo veremos con más frecuencia por estos lares y es que ellos saben que somos una potencia electoral;  escucharemos nuevamente promesas como el puerto internacional de carga, el aeropuerto internacional, la vía Manta- Manaos, y otros macro proyectos, que sirvieron en el pasado para ilusionarnos, pero que en la práctica aún no se dan.
Mientras los manabitas sigamos apoyando a los de afuera y no creamos en nuestras potencialidades y en nuestra clase política, seguiremos aplaudiendo a los que vienen  a decirnos lo que debemos hacer. Es hora de un candidato manabita, y veremos qué pasa. Es mi palabra.